La Xarxa de desitjos es una instalación participada que tiene como objetivo escuchar los anhelos de los mallorquines y las mallorquinas sobre el Museu Marítim de Mallorca. La instalación se presentó al público en diciembre de 2018, en Ses Voltes. Durante tres meses, hasta la celebración de las Primeras Jornadas de Estudios de la Mar, recogió más de 200 deseos de la ciudadanía. Los deseos que nos han llegado tienen que ver, de momento, con la necesidad de salvaguardar el patrimonio y construir un mundo más sostenible.
La red resume aquello que para el museo es parte de su identidad: establecer puentes de diálogo entre la institución y la población. Para construirse, crecer y desarrollarse juntas.
En la primavera de 2019, la Xarxa de desitjos ha empezado a navegar por diferentes municipios de Mallorca.
En los meses de noviembre y diciembre empezamos un proceso participativo en Ses Voltes. Reunimos a una serie de personas vinculadas a la mar para pedirles qué museo querían. A la convocatoria asistió gente vinculada a la Associació d’Amics del Museu Marítim, especialistas de patrimonio, pescadores, vecinos y vecinas de Palma, personas vinculadas a proyectos participativos como el Alzina o la Agustina, del mundo del periodismo especializado en patrimonio marítimo, de arqueología subacuática, maestros de ribera, patrones, etc. La pregunta era clara: ¿qué museo os imagináis? Y una segunda pregunta: ¿cómo os queréis vincular con él?
De este espacio de diálogo, nacieron las Primeras Jornadas de Estudios de la Mar, con la participación de las personas que vinieron al espacio de diálogo.
Las jornadas fueron un punto de encuentro y una oportunidad para trabajar en comunidad, pensar cómo nos relacionamos con la mar, plantear escenarios de futuro y, sobre todo, imaginar qué territorio queremos ser.
Valldemosa
La embarcación Valldemosa es una barca de bou artesana construida siguiendo la tradición de los mestres d’aixa de Mallorca para la pesca de arrastre. Sus características técnicas y su manera de faenar derivan de la evolución en la forma de construir y utilizar este tipo de embarcaciones. Así, la Valldemosa representa un hito determinado en un momento de la evolución constructiva de las barcas de bou y de su sistema de operar, que clasificamos de segunda generación. Son los bous construidos en el momento de la llegada de los motores o con posterioridad inmediata, pero que se encontraban en un periodo intermedio donde aquellas máquinas no tenían suficiente potencia y, por lo tanto, se tenían que ayudar del aparato velero. Algunos todavía pescaban en pareja. La Valldemosa ya sale del astillero con un motor, pero se trata de una de las primeras barcas de bou motorizadas en origen, lo cual es un elemento clave para comprender la evolución técnica en las artes de navegación.
La barca se hundió accidentalmente en 2000. Desde entonces, pasó a manos del Ayuntamiento de Ciutadella (Menorca), que la depositó en un solar municipal.
Durante una década, 2004-2014, se llevaron a cabo proyectos diversos de restauración, a través de talleres ocupacionales dirigidos por el mestre d’aixa Miquel Huguet, que supusieron un gran adelanto en las tareas de recuperación de la barca; en primer lugar, porque se ha retirado lo que estaba en mal sido (posiblemente el trabajo más duro de esta clase de procesos de restauración) y, en segundo, porque se ha iniciado la reconstrucción y a estas alturas ya se tiene más de media barca restaurada.
La Valldemosa estaba destinada a convertirse en un derelicto, y gracias a la creación del Museu Marítim de Mallorca ha sido posible salvarla. Un trabajo en que los diferentes agentes implicados –Consell de Menorca, Ayuntamiento de Ciutadella, Club Náutico de Ciutadella, Autoridad Portuaria de las Baleares, Consell de Mallorca y Museu Marítim de Mallorca– han hecho un trabajo intenso basado en la generosidad. Todo ello ha permitido recuperar la Valldemosa para que formara parte de la colección de embarcaciones del museo. Siendo, además, un elemento que ultrapasa el patrimonio mallorquín y pone en valor el trabajo interinsular, en favor de un patrimonio que ha unido a las dos islas a lo largo del tiempo.
Este bien patrimonial tiene que ser un elemento clave en el impulso de la nueva escuela de mestres d’aixa, al igual que tiene que simbolizar el proceso de construcción del museo, un proceso de trabajo conjunto en favor del bien marítimo común, y poner en valor el trabajo interinsular en favor del patrimonio. Y será en un futuro no muy lejano una pieza emblemática del museo que formará parte de los proyectos educativos a desarrollar en torno al patrimonio marítimo de Mallorca.